Mtro.
Jesús de Santos García
Crisis
de la familia actual: Edipo mal resuelto.
El Edipo: la Metáfora Paterna. La metáfora es
la figura retórica que consiste en la sustitución de un significante por otro
lográndose un nuevo significado y una nueva significación.
Se puede observar como en las defensas del yo,
se produce la sustitución metafórica: en la formación reactiva el impulso
molesto se metaforiza por el significante contrario como, pudor, altruismo,
escrupulosidad limpieza.., etc. En la sociedad podemos observar como muchos
sujetos cambian un deseo por su contrario, puede ser odio por amor, esto se da
cuando en vez de golpear a un niño travieso molesto se le proporciona un dulce
y un cariño, así observaremos que el inconsciente está metaforizando en cada
momento, esto justifica la aseveración de que el inconsciente está estructurado
como un lenguaje.
El proceso de la metáfora paterna lo podemos
tomar como la justificación de que el inconsciente está estructurado como un
lenguaje.
Antes de abordar la metáfora paterna, se deben
de hacer algunas observaciones con respecto al objeto alrededor del cual,
justamente gravita esta metáfora del Nombre del Padre: el objeto fálico.
El falo es uno de los conceptos que son
maltratados e incomprendidos, en muchos comentarios aun entre psicoanalistas se
sigue mencionando como el órgano sexual masculino. Es importante mencionar que
el objeto fálico constituye la piedra angular de la problemática edípica y de
la castración, al centrar Lacan su principio en torno a la dimensión de la
metáfora paterna.
Los hijos de las familias actuales, donde fue
deficiente la función paterna, exigen las gratificaciones que recibieron en la
primera infancia y no ven que haya motivos porque renunciar a ellas, y se
comportan como si tuvieran todo el derecho de exigir la satisfacción de sus
deseos, son unos tiranos y los padres simplemente no pueden satisfacer sus
demandas y esto les acarrea frustraciones.
Presentan un patrón general de grandiosidad y
necesidad de admiración. Tienen un grandioso sentido de autoimportancia,
exageran sus logros y capacidades y esperan ser reconocidos cualesquiera que
sean sus logros. Se creen especiales y únicos, y solo se relacionan con otras
personas o instituciones que consideran de alto nivel a los cuales les
atribuyen perfección o talento.
En la familia patriarcal la niña envidia el
pene y manifiesta el deseo de ser varón. Esto sucede en la familia patriarcal
en la cual el hombre es el que tiene las oportunidades de desarrollo, el varón asistía
a las universidades, practicaba deportes, tenía acceso a los puestos de administración
y la mujer se destinaba a las labores del hogar y al cuidado de los hijos.
Con el advenimiento de la mujer a las
universidades y a los puestos de poder y con la capacidad de mantener a los
hijos sin el concurso del hombre, muchos infantes observan y escuchan que los
hombres son inútiles, flojos, poco creativos y que no son capaces de realizar
los trabajos de la casa y cuidar de los hijos.
Ante esta situación los niños crecen con una
idea que la mujer tiene mayor capacidad para afrontar los retos de la vida y el
hombre es degradado siendo la mujer el ejemplo a seguir. La niña ya no desea
ser un varón, los considera inútiles, poco creativos e incapaces de satisfacer
sus necesidades y crece la tendencia a unirse a otra mujer, así se manifiesta
otra faceta de la crisis de la familia. El varón desde la infancia se siente
“menospreciado” y llega a manifestar el deseo de ser mujer: cambio radical producto
de la familia actual, esto es el reverso de lo que Freud descubrió y relató en sus
tres ensayos de una teoría sexual.
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