sábado, 8 de marzo de 2014



Mtro. José Juan Caleco


EL CUADRO COMO EL OTRO


El artista trabaja, crea, desarrolla su creatividad, se encuentra. El artista independientemente de lo que sea capaz de hacer, traspasa fronteras deja de ser regional para ser universal, nada tiene que ver con las demás actividades que las personas puedan desarrollar. ¿Que separa la prehistoria de la historia, al Homo habilis del Homo Sapiens? El registro de un lenguaje, y el Arte es un lenguaje, una comunicación.
No olvidemos que el arte que perdura, que aporta algo nuevo. El fondo, la forma, el riesgo, la autenticidad, el trabajo sin tregua, la incertidumbre del sustento, esas son parte de las dificultades. 
El Arte es consecuencia de la necesidad de expresar de forma creativa, una nueva concepción de lo que nos rodea o de nuestro universo particular. Para que esa necesidad surja ha de haber una base, un poso previo de conocimientos, inquietudes, sentimientos. El arte ha sido siempre una manifestación de la cultura. En el momento en que un individuo de la prehistoria hizo un adorno utilizando un símbolo, apareció en su mente un concepto intelectual que se ha mantenido a lo largo de la historia. Si lo unimos al sentimiento de la belleza, a la sensibilidad y al gozo de poseerla y creer en su fuerza como algo superior.  El arte ha recogido a lo largo de la historia, lo mejor de la filosofía de cualquier civilización, su manera de entender el mundo y su sociedad. El artista no necesita tener un determinado nivel intelectual, puede expresarse con manifestaciones que expresan distintas cosas: belleza, fuerza, intimismo, delicadeza, angustia, destreza y sus expresiones pueden ser percibidas por el espectador de muchas formas sin que coincidan con lo que quiere expresar el artista.

Un cuadro no se termina hasta que un espectador la observa y en ella se cautiva. Muchos pintores afirman que sus obras, no tienen ningún significado especial, buscan la interpretación del público y no tienen discurso.

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